摘要
El trasplante es uno de los avances m谷dicos m芍s importante y, actualmente, sigue representando la 迆nica esperanza terap谷utica de muchas enfermedades. Sin embargo, existen factores asociados al trasplante, como los estados de neutropenia y la inmunosupresi車n, que favorecen la aparici車n de infecciones. Estas infecciones tienen peculiaridades en los pacientes trasplantados. En este sentido, existen enfermedades infecciosas que pr芍cticamente s車lo aparecen en situaciones de inmunosupresi車n y adem芍s, la expresi車n cl赤nica de determinadas infecciones puede ser distinta a las que tendr赤a un paciente inmunocompetente. Por otra parte, algunas infecciones, dada su elevada prevalencia, deben ser subsidiarias de estrategias preventivas ya que su aparici車n implica un aumento de la morbimortalidad, bien por la propia enfermedad o por la aparici車n de posibles episodios de rechazo asociados. Estas estrategias se inician antes del trasplante con la adecuaci車n de pautas de vacunaci車n tanto al propio paciente como a las personas de su entorno y se contin迆an tras la realizaci車n del mismo con pautas de profilaxis y de tratamiento anticipado. Dada la importancia de las infecciones en la evoluci車n y pron車stico de los pacientes trasplantados es importante conocer la patolog赤a infecciosa asociada, sus manifestaciones cl赤nicas y sus formas de prevenci車n y tratamiento. Organ transplantation has become one of the most important areas of medical research and, at present, is still the only therapeutical tool for several diseases. However, there are a number of factors related to transplantation, like immunosuppression and prolonged neutropenia that affect the incidence of infection. These infections are somehow peculiar to trasplant recipients. In fact, there are infectious diseases that only occur in immunodepression situations and, moreover, clinical expression of these infectious diseases can be quite different from that in immunocompetent patients. Besides these aspects, some infections, due to the high prevalence described, must be considered for prevention strategies because they continue to be a principal cause of morbidity and mortality, either due to direct effects or to their implication in the pathogenesis of rejection. These strategies commence before trasplantation by active immunization through vaccine administration to the patient and to people in the milieu and continue after trasplantation with prophylaxis or pre-emptive therapy. The importance of infectious diseases in the evolution and prognosis of trasplant recipients gives a special meaning to the understanding of